La aviación mundial enfrenta uno de sus mayores dilemas: cómo reducir emisiones en un sector donde las alternativas limpias aún son escasas. En Chile, una respuesta comienza a tomar forma con un proyecto pionero que une ciencia, industria y sostenibilidad: la primera producción local de Combustible Sostenible de Aviación (SAF), elaborado a partir del aceite de camelina cultivada en el país.
El acuerdo, impulsado por SKY Airline y la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC) a través de su Centro de Energía, contempla una biorrefinería experimental diseñada y ejecutada en Chile. Esta iniciativa busca desarrollar un modelo técnico y replicable para producir SAF de manera local y abrir camino hacia una industria energética más sostenible.
Un desafío para la aviación mundial
A diferencia de otros sectores que avanzan con energías renovables, la aviación enfrenta obstáculos tecnológicos y estructurales que dificultan su transición energética. Uno de los principales es la escasa disponibilidad de combustibles sostenibles.
“El desafío de descarbonizar la aviación requiere soluciones innovadoras y colaboración entre distintos actores. Esta iniciativa nos permite avanzar en el desarrollo de SAF y promover una industria energética más sostenible y local. Aunque se trata de una etapa exploratoria, creemos que este tipo de alianzas son clave para construir el futuro de la aviación”, afirmó Mayra Kohler, Gerenta de Asuntos Corporativos y Sostenibilidad de SKY.
Camelina: una planta con potencial transformador
La materia prima clave de este proyecto es la camelina, una planta resistente que se adapta a suelos de baja calidad, no compite con cultivos alimentarios y contribuye a la regeneración del suelo. Estas características la convierten en un insumo ideal para la producción de biocombustibles sostenibles en condiciones locales.
“A través de un proceso termoquímico, el aceite de camelina se transforma en bio-oil, una especie de crudo vegetal. Luego, este líquido es purificado mediante destilación fraccionada, técnica que permite separar compuestos útiles hasta obtener un SAF con propiedades similares al combustible convencional, además de otros productos aprovechables”, explicó la Dra. Laura Azócar, investigadora principal del proyecto y Directora Alterna del Centro de Energía UCSC.
Un modelo con visión de futuro
El proyecto busca sentar las bases para una industria regional de SAF que contribuya a los compromisos climáticos de Chile y a la reducción de emisiones del transporte aéreo. Aunque se encuentra en etapa exploratoria, representa un primer paso hacia la producción nacional de combustibles sostenibles para la aviación, con potencial de escalabilidad en el mediano y largo plazo.



