Techado de viñedos: el innovador proyecto de sustentabilidad de Viña Montes

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Viña Montes está desarrollando un estudio piloto, basado en los pilares de manejo sustentable de la compañía, que busca continuar reduciendo la huella hídrica en sus procesos de producción.

Haciendo eco del espíritu de manejo sustentable que mueve a Viña Montes desde hace más de una década, su equipo de I+D, en conjunto con viticultores y enólogos se encuentran en una constante labor que busca disminuir la huella hídrica de la viña, mediante diversos estudios e implementación de desarrollos y ensayos.

En este sentido, Viña Montes acaba de iniciar un plan piloto que consiste en techar 1,5 hectáreas en el sector norte del viñedo El Arcangel de Marchigue, ubicado en el Valle de Colchagua, y que corresponde específicamente, a un cuartel de Cabernet Sauvignon plantado en 2003.

La inversión que se traduce en más de US$50 mil, es un proyecto que nace ante la curiosidad y el ímpetu por ir siempre más allá que han demostrado los profesionales de la viña, quienes en esta oportunidad buscan conocer cómo sería una fruticultura protegida en viñedos, siendo éste un proyecto pionero en la industria vitivinícola del país.

La iniciativa de Viña Montes, se basa en proyectos existentes que están enfocados en la agroindustria con resultados ampliamente beneficiosos en frutales como la uva de mesa, cerezos, arándanos y kiwis, entre otros. En este caso el techado de los frutales los protege contra heladas, lluvias cercanas a cosecha, contra el viento y, lo que es muy importante para Montes, se disminuye el uso de agua de riego. En el caso de la agroindustria los estudios muestran un ahorro de agua de hasta un 20%.

El proyecto inició en noviembre de 2016 y la viña espera tener resultados cuantificados sobre el efecto del consumo de agua que produciría el techado del viñedo, en junio de este año.

El proceso del techado es completamente sustentable, ya que para techar el viñedo se utiliza un film plástico de polietileno de baja densidad que no contiene metales pesados y cuya vida útil es de entre 3 a 4 años, momento en que el material se retira para ser reciclado y convertido en chips para la fabricación de cualquier elemento plástico reciclado.

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