La empresa formada en 2015 pretende mejorar las condiciones de la industria ganadera al administrar el campo con un sistema de manejo holístico, que tiene como finalidad evitar el aumento de erosión en los suelos y cuidar la calidad de vida de los animales.
No utilizan fertilizantes ni agroquímicos en sus operaciones y están certificados Grass, debido a sus prácticas regenerativas de suelo. “El calentamiento global y el bienestar animal es parte del manejo regenerativo que estamos impulsando y básicamente eso quiere decir que debemos entender al suelo como un ser vivo”, afirma Cristóbal Gatica, Co-Fundador de Carnes Manada.
Cristóbal, Zootecnista de la Universidad Católica, administraba el campo de su familia en la Región de los Ríos, cuando llegó una persona preguntando dónde podía comprar la carne que producían. No lo pensó mucho tiempo y junto a su hermano Sebastián y Patricio Olavarría –ambos con experiencia en empresas de innovación y creación de valor agregado- comenzaron a comercializar carnes Manada en 2015.
Un emprendimiento de valorización de comida que acompaña el proceso completo del animal, desde la crianza en adelante, proveyéndolo de una dieta balanceada sin concentrados, granos, antibióticos ni hormonas para aumentar la producción. Un desafío que ha tenido una producción más baja en comparación a la industria ganadera general, pero que ha logrado una huella de carbono negativa. “Hemos compensado completamente las emisiones de CO2 e incluso añadimos carbono al suelo gracias a una visión sistemática de cuidado por la salud del suelo”, comenta Cristóbal.
Además, buscan impactar en el ámbito social, incorporando prácticas de comercio justo en sus operaciones y trabajando con ganaderos locales y proveedores de la región. En un futuro, la empresa espera poder entregar una especie de premio o recompensa a todos los productores que decidan unirse a este innovador manejo holístico. “El sistema actual está provocando un desbalance en el suelo que genera una alta productividad pero que al momento de quitarle los insumos, el sistema se cae completamente”, dice.
Por ello, están trabajando junto a la Universidad Católica y la Austral en generar evidencia fehaciente e investigación, que demuestre a nivel nacional, los grandes beneficios de cuidar la salud de los suelos en los campos para la industria ganadera.
Asimismo, Cristóbal apoya activamente clases de sostenibilidad en Universidades, donde explica los procesos y cuidados de este innovador sistema.
Hoy en día están certificados como Empresa B, debido a su compromiso desde la industria ganadera con el medio ambiente y la sociedad incorporado en el core de su modelo de negocios. “El nombre Manada viene de la idea de convertirse en un movimiento que inspire a la industria cárnica a hacer las cosas distintas. Además, de incluir a consumidores que prefieren productos que generen un impacto positivo en el entorno mediante el manejo y economía generativa”, concluye Cristóbal.
